SEXUALIDAD MUDA EN UNA SOCIEDAD ABSURDA
En todos los lugares es necesario hablar de sexo y sexualidad para que la misma sociedad se eduque.
El sexo y la sexualidad, a pesar de ser tan común en los seres humanos, es denigrado y trasladado a la oscuridad de la vergüenza de nuestro origen, tan solo este término ante la sociedad, es esclavizado como en las épocas de colonización: reprimido y llevado con cadenas tan pesadas que es preferible no transportarlas, para no sufrir el cargo que la sociedad nos hace por expresar lo que nuestra piel aclama. Hablar de este tema en público es considerado algo inmoral o morboso, son pensamientos huecos en una sociedad escondida en una sotana; Por lo anterior, es necesario hablar de sexo y sexualidad en todos los lugares para que la misma sociedad se eduque, y no viva en una burbuja de solo discursos que nos han trasmitido y regulado las manos manipuladoras del poder, que nos hacen creer que el sexo es inmoral y de prácticas sucias. En muchos lugares como lo son la iglesia, la familia y en la educación, la vergüenza es la dominadora de muchos jóvenes, que prefieren no ir a un hospital por condones ya que hasta las mismas enfermeras juzgan. Debido a ello, es difícil hablar de sexo y sexualidad.
En la actualidad en países desarrollados como lo es Francia a nivel académico, muestra resultados favorecedores a nivel de educación sexual, desde 1973 las escuelas imparten, entre 30 y 40 horas a lo largo de su vida escolar obligatoria (6-16 años).Proporcionan condón a los estudiantes de grado 8 y 9. Según UNICEF “Francia no registra datos sobre abusos sexuales a menores “En cuanto a embarazos en adolescentes, el ente económico de Naciones Unidas “de cada1000 mujeres entre 15 y 19 años, se producen 22,6 embarazos” (Semana, 12/29/2016. Revista). En Colombia los colegios públicos no imparten clases de sexualidad y son muy pocos los profesores que hablan de este tema con los estudiantes y los que no, prefieren callar porque piensan que eso no les incumbe y no está dentro de su cronograma. Por otra parte los padres de familia se limitan y se asombran al escuchar no estos datos, si no que imparten esta metodología y los condones, en lugar de darse cuenta de los beneficios que esto causaría en la sociedad. Pero ellos prefieren callar y juzgar como si fuera de un programa de televisión del que se está hablando y aun peor el programa tiene más atención que la sexualidad de los jóvenes. La sociedad hace de cuenta, que este problema es invisible para no hablar de ello, no obstante, simplemente son ignorantes que creen que todos nacimos y fuimos traídos por una cigüeña.
En la familia hablar de sexo y sexualidad es muy difícil si no hay confianza, más si la familia está ligada con el que dirán y esta extremadamente ligada a la religión, la sociedad nos vigila con un ojo acusador y la Iglesia con un ojo invisible de Dios que está ahí pero no está presente, donde la familia cree que sus hijos al estar en gracia de una religión no va a experimentar la realidad que su cuerpo necesita. No obstante esto no es suficiente, ellos tienen que hablar de este tema para comprender la situación por la que pasa el adolescente, ya que él va hacer llevado por sus instintos sin camino fijo, solo esperar que pase el placer instantáneo de desfogue de emociones sin orientación. Sin embargo esta es una forma de represión de la libertad humana como el escritor Vargas Llosa afirma: “yo descubrí que el erotismo estaba inseparablemente unido a la libertad humana, pero también a la violencia” toda persona tiene el derecho a vivir su sexualidad, pero donde nadie se dé cuenta, ya que si esto sale a la luz será juzgado y controlado: como las niñas Islamitas del oriente, sus padres prefieren mutilar su órgano reproductor para controlar su cuerpo, llevándolas a la opresión de sus sentidos, creyendo que esto es lo mejor, pero solo es una forma de machismo incontrolado que causa mucho sufrimiento. ¿Es justo causar dolor solo por vergüenza de hablar de sexo y sexualidad?
En la iglesia hablar de sexo y sexualidad es un tema pecaminoso, que en las últimas décadas ella ha tenido que afrontar. Para nadie es un secreto que los curas al estar privados de su placer natural, incurren en pedofilia y violación, pero esto no es lo único, muchos sacerdotes son homosexuales sin embargo ellos no están dispuestos a perder la credibilidad de un pueblo que los sigue ciegamente. En el caso del ex sacerdote del vaticano Krzysztof Charamsa homosexual afirma “Pedófilos en la iglesia son tratados mejor que un homosexual […] la iglesia no quiere hablar de homosexualidad no la acepta como natural o normal orientación sexual” (Univisión Noticias. 8 nov 2015) la iglesia es la mayor causante de exclusión social, porque lo que ella demanda así tiene que ser, y si es diferente no es verdad o simplemente no es normal, pero no quiere hablar de esto, todo se queda en una cortina de humo, prefieren callar por miedo al séptimo don del espíritu santo. Desde la época medieval las mujeres con pensamientos revolucionarios eran acusadas como brujas, maltratadas y quemadas, todo esto un juego estratégico por la sed del poder que es más fuerte que la consciencia. Las personas creyentes también deben hablar de sexo y sexualidad, porque no es justo no avanzar en estereotipos y tabúes que solo lo aceptan personas conformistas y sin criterio propio.
Una persona profesional al hablar de este tema, no es considerado estudioso o trabajador productivo, todo lo contrario es juzgado como morboso e inmoral, y por ello es objeto de burla con expresiones vulgares, algo que es erróneamente cruzado con el sexo ya que no es vulgar si es erótico, y lo erótico es opuesto a la pornografía, la escritora Brunela Curcio en su artículo afirma:” aquello considerado erótico y aquello entendido como pornográfico. Es justamente la calidad de lo sensual y de lo bello, o cuidado, lo que marca la diferencia sustancial entre lo artístico de uno y lo burdo de lo otro. Las imágenes eróticas quedan plasmada en la memoria de la historia y mientras la historia se reescribe” lo erótico es transgresor en una sociedad que solo piensa en la vergüenza que les causa algo tan natural como sonreír, porque es sensorial el placer causado por el palpitar de la carne y esto no nos hace buenas ni malas personas, ya que es inédito de nuestra propia naturaleza, aunque la sociedad se limita a lo superficial en lugar de profundizar el tema y llegar a un criterio racional.
Por último, vale decir que la sociedad está hundida en discursos, que son trasmitidos de boca en boca sembrando la semilla de represión, dominar es su objetivo, y extinguir lo que no creen correcto es su pasión. Estos son expuestos por el poder manipulador que quiere que vivamos bajo su régimen, controlados, del mismo modo en que lo hizo la Iglesia en la época de medioevo con su sociedad, para que no salgamos de los moldes preestablecidos, callados sin voz ni voto, porque el silencio es la mayor arma que se usa contra la sociedad con el fin de discriminar y obstaculizar la realidad. “la idea del sexo reprimido no es solo cuestión de teoría” (Foucault, historia de la sexualidad) ya que está en la oscuridad de lo prohibido y en una tormenta de molestia social. Como consecuencia, la sociedad debe entender que el sexo y la sexualidad es algo natural que todos en alguna etapa de la vida experimentamos, y que el placer de una persona no puede ser juzgado por otras porque no le pertenecería a ella, sin embargo el pueblo no le importa si es su vida privada, solo acusar con tabúes a través de la ignorancia del fulgor de un rumor escandalizador.